Medicina Higuaín


Higuaín se rebeló contra la situación y sacó de un apuro al Madrid en La Rosaleda. El argentino fue la medicina que utilizó un equipo afectado por un virus que le dejó sin recursos, malherido. Sin fútbol, sin bandas, el 'Pipita' mantiene en el combate a los de Juande gracias a una diana de sello propio. La fabricación y la finalización tuvieron acento argentino.
El '20' recogió el cuero cerca de la línea divisoria y se inventó una jugada medicinal. Con un mundo por delante que recorrer para llegar a la portería contraria, Higuaín se decidió a solucionar el problema madridista. Bordeó el área y soltó un latigazo en forma de cambio de ritmo. Welligton perdió el cuerpo a cuerpo y el argentino cruzó el cuero ante la salida de Goitia. Fue gol, producto del hambre de un futbolista imprescindible en este equipo. El Madrid no puede permitirse el lujo de no otorgarle el protagonismo que se merece.
Higuaín regresó al once después de unos encuentros en el olvido. El equipo estaba acatarrado. Sin Robben, sin Marcelo, sin Lass, sin Cannavaro, el Madrid se recompuso ante la adversidad fiando su destino a Higuaín.
Sneijder compartió doble pivote con Gago y Van der Vaart se tiró a una banda que no existe. Higuaín engañando por la derecha y el carril libre para Ramos. Sin costados y sin juego, los blancos se confundieron.
El Málaga interpretó mejor la situación para esperar y optar al golpe por sorpresa. Cerró espacios y los de Juande tropezaron enésimas veces con la misma piedra. Nadie vio la luz en la zona ancha. Con Sneijder y Gago sin memoria, Raúl se vio obligado a acudir al rescate, perdiendo su Madrid su instinto donde realmente hace daño. La primera mitad, áspera, terrible para la vista, se le pegó a Undiano, que negó un camino al Málaga.
Sneijder, con una amarilla a sus espaldas, se atrevió a tocar el cuero con la mano cerca de su área. La trampa era merecedora de amonestación, la que hubiese supuesto su expulsión y su final en el encuentro. Undiano no se atrevió. En esa acción, el Málaga tiene motivos para quejarse. El colegiado navarro también erró en el primer asalto.
Tras el paso por vestuarios, marcó el Madrid. De la ambición de El 'Pipita' se agarraron los madridistas para cambiar el chip y estremecer el partido. Mejoró el Madrid ante el caos. Con espacios, sin la obligación del peso en sus botas, este equipo se siente cómodo, libre. A pesar de la ausencia del egoísta y único Robben, los blancos se contentaron ante el descontrol y perdonaron la sentencia.
El Málaga, tocado tras el gol, se levantó de la mano blanca. El Madrid retrocedió desde el aviso de su técnico. Juande quitó a Huntelaar y metió a Javi García. Guti, castigado, pero esta vez en Málaga, no en su casa, comprobó la orden del técnico manchego. Los blancos, arropados, confiaron en su firmeza defensiva y en finiquitar el problema al contragolpe.
El segundo no llegó, pero el Madrid no acabó lamentando la opción tomada. Los madridistas se mantienen en la puja. Tiene mérito lo del Madrid. Con limitaciones y sin fútbol, sigue en su persecución contra el mejor Barça en mucho tiempo. Es el Madrid, el equipo de la rendición imposible.

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