El enfrentamiento entre ambos clubes está servido. La decisión adoptada por Carlos Suárez a la hora de fijar en 75 euros el precio de las entradas para los seguidores del Sporting tiene en pie de guerra a las peñas sportinguistas y ha provocado la dura decisión de la directiva del club gijonés de desestimar su presencia en el palco de Zorrilla y también en la comida de directivas previa a la disputa del choque. Suena a ruptura de relaciones institucionales en toda regla.
El presidente del Valladolid sigue firme en su idea y decidido a no dar marcha atrás: "Mi obligación es defender a la afición del Valladolid y no a la del Sporting, y consideramos que ésta es la medida que debíamos tomar. Además, el partido es una auténtica final y por lo tanto el precio fijado creo que es el lógico".
Para Carlos Suárez, las cosas se están llevando en Gijón al terreno de la exageración: "Me parece exagerado que se esté llegando a estos límites con este tema. Me gustaría saber qué hubieran hecho ellos en una situación similar. Intentar coartar o presionar con estas medidas es injusto. No entiendo la decisión de la directiva del Sporting de no venir al palco. Sigo asombrado". El máximo mandatario del Valladolid quiso aclarar sus buenos deseos futuros para el equipo sportinguista: "Tengo una excelente relación con Manuel Vega-Arango y una enorme simpatía por el Sporting. Espero que al final de la temporada los dos sigamos en Primera División".
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