La Copa del Rey, el tradicional certamen que año tras año se disputa en el fútbol español, tendrá un nuevo campeón el día miércoles 13 de mayo, cuando el colegiado Medina Cantalejo decrete el final del encuentro que se disputará sobre el césped de Mestalla. Allí, Fútbol Club Barcelona y Athletic Bilbao se estarán viendo las caras como en aquella polémica final de 1984, paradójicamente, la última que el club bilbaíno enviaría para sus vitrinas a pesar de haber sido largamente y durante años el absoluto dominador de esta contienda. Un cuarto de siglo ha trascurrido desde entonces y las realidades futbolísticas de uno y otro son absolutamente diferentes. De todos modos, en una final muchas de las cuestiones previas quedan absolutamente de lado.
El Barça llega a esta Copa del Rey lejos de su mejor forma. Que no engañe la clarísima posibilidad del triplete: el calendario ajustado, la coincidencia de los más importantes partidos del año todos en un mismo período, la lesión de algunos jugadores claves y, sobre todo, el trajín que tiene este equipo le están impidiendo mostrar su mejor cara futbolística. Ante el Chelsea se logró el pase apelando a la heroíca y ese cansancio se notó en los minutos finales contra el Villarreal, donde los de Pellegrini les negaron la certera posibilidad de consagrarse campeones ayer mismo. Aún así, tampoco hay que engañarse: los de Guardiola son claros favoritos para esta final de Mestalla. Ponerse a comparar las plantillas de uno y otro equipo sólo arrojaría diferencias abismales y resultaría inconducente. Pero la del miércoles es una final...
Y es una final, justamente, ante un equipo al que tradición copera le sobra. El Athletic podrá hacer un cuarto de siglo que no se mete en estas instancias. Pero ahora se dejará la vida para conseguir un título que necesita como el aire que respira. Su política deportiva podrá ser tachada de anticuada y excesivamente romántica, su plantilla podrá estar lejos de aquellas memorables que solía conducir Javier Clemente durante los 80s, su estado de forma no será el mejor... Pero todas esas circunstancias no afectan a un grande que necesita un título y que está preparando este partido de una manera muy diferente que su rival, para el cual esta es la tercera opción en importancia dentro de los títulos a los que aspira. En definitivas cuentas: los bilbaínos saldrán con toda la furia, como si el partido de sus vidas se tratara, para hacerse con una victoria que anhelan como nadie. Saben que es un solo partido y que no importa que enfrente esté uno de los mejores equipos del mundo: tendrán que aprovechar sus errores, debilidades y flaquezas. Llorente debe estar más activo que nunca para marcarse un partido decisivo a la altura de lo que de él se espera.
Athletic Bilbao - Fútbol Club Barcelona, Fútbol Club Barcelona - Athletic Bilbao. Un duelo que rezuma tradición copera por los cuatro costados y del que nadie se anima a dar un pronóstico tajante. ¿Qué veremos sobre el césped de Mestalla? ¿A un equipo vasco aguerrido, dejando casi nulos espacios, metiendo leña y saliendo de contra rápidamente? ¿A un Barça que, como es su costumbre, se adueñará de la posesión y buscará quebrar la última línea del rival con movimientos desconcertantes? Seguramente un poco de ambas cosas. Sólo resta saber cuál de las dos versiones podrá llevarse la victoria en una batalla clásica, de esas que prometen emoción y espectáculo. Será cuestión de esperar al miércoles y ver que sucede. La mesa está servida.
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