Era la hora de empezar el entrenamiento y a Pep Guardiola se le estaba poniendo cara de pocas pulgas. Después de saludar uno por uno a los jóvenes del filial que se sumaron a la sesión porque ya han acabado la temporada con el Barça Atlètic, el técnico echó una última mirada al reloj: pasaban algunos minutos y aún faltaban por llegar varios jugadores. Aunque los había visto en las instalaciones de la Ciutat Esportiva -donde la plantilla se cita una hora antes de cada entrenamiento-, Messi, Xavi, Etoo, Alves, Touré Yaya y Gudjohnsen, Guddy para la plantilla, se retrasaban en pisar el terreno de prácticas.
No cambió el semblante de Guardiola mientras los retrasados se iban incorporando a la sesión. Es cierto que no tardaron mucho; alguno apenas llegó un minuto después de lo establecido. Sin embargo, a todos les costará lo mismo el haber infringido el régimen interno del vestuario: 500 euros per capita.
Es la segunda vez que se produce un retraso ante las cámaras de la Prensa. La anterior ocurrió a mediados de noviembre, cuando varios jugadores tardaron cinco minutos más de lo previsto en unirse al grupo, en el Mini Estadi.
Touré explicó ayer que la multa "será una buena decisión, por respeto al resto de la plantilla. El entrenador siempre sabe lo que hace, y su política es perfecta". Como bien dijo ayer Cruyff, Guardiola ha puesto a toda la plantilla en fila, a sus órdenes.
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